Existe una elevada prevalencia entre las personas con diabetes y la hipertensión arterial (HTA), más del 50% de quienes tienen diabetes, tienen hipertensión.
La HTA es un gran factor de riesgo para el desarrollo de nefropatía diabética y las complicaciones propias como cardiopatía hipertensiva, accidente vascular cerebral, retinopatía y complicaciones macrovasculares con gran incidencia en cardiopatía coronaria, accidente vascular cerebral (AVC) y enfermedad arterial oclusiva de extremidades inferiores.
El control de la presión arterial es fundamental, no solo para prevenir las complicaciones propias de la hipertensión arterial sino, además, para prevenir aparición y progresión de nefropatía diabética (daño riñones).
Tomar los medicamentos antihipertensivos recomendados por el médico será la clave para bajar y lograr mantener la presión arterial en 120/80 mmHg aunque, los últimos estudios comprueban que una persona que pueda bajar de peso, diez kilos, logrará estabilizar su TA, bajar la dosis del medicamento y hasta no tener que tomarlo, por supuesto bajo la guía y asesoramiento médicos.
Presión arterial normal: Valores menores a 120/80 mmHg
Presión arterial elevada: Presión Sistólica 120 a 129 mm Hg y Diastólica por debajo de 80 mmHg
Hipertensión: Sistólica130 y 139 mm HG. Diastólica, entre 80 y 89 mm Hg
Valores más altos de 140/90 se consideran hipertensión arterial grave y arriba de 180/120 mm Hg es recomendable asistencia médica o acudir al hospital de inmediato.
Si tienes más de 60 años, si tienes diabetes, vigila tu tensión arterial.